Inmersos ya totalmente en el verano, la época del año para desconectar, relajarse y hacer todo lo que durante el resto del año no hemos hecho. Las actividades acuáticas son las favoritas del verano, y siguiendo esta fiebre de inmortalizar cada momento, será muy necesario hacerse con una cámara acuática, para poder plasmar todos los instantes (incluso bajo el agua).
Lo ideal es utilizar una cámara sumergible, preparadas ya para este uso (su propia cubierta es una caja estanca). Una de las alternativas más asequibles es adquirir una carcasa para cubrir la cámara digital (normalmente disponibles del propio fabricante). Y la opción más básica, pero que puede sacarte del paso, es una bolsa para el móvil o la cámara. Hechas de un material resistente, con juntas de sellado.
¡Así que este verano no hay excusas para no hacer fotos debajo del agua!